
En la biblia, más precisamente en los textos de Samuel, nos encontramos con el relato de la vida de David. Su historia nos encandila desde hace 2900 años (aproximadamente 900 AEC). Ya todos o la gran mayoría conoce su historia, pero en esta ocasión nos concentraremos en uno de los acontecimientos que despertaron su personalidad y dio vida a su gran nombre y al inicio de una destacada carrera militar, y más tarde a su gobernabilidad sobre el pueblo de Israel.
Por aquellos días el Rey Saúl se encontraba afligido y atormentado por la tensa relación que se manifestaba con el profeta Samuel, quien le afirmó que el espíritu de Di-s lo había abandonado. Por ello mandaron a buscar a un músico para que pueda tranquilizar su espíritu. David, quien tocaba el arpa magistralmente se puso a sus servicios de inmediato. Pero los conflictos con los filisteos continuaban y las batallas eran casi la orden del día. En este sentido, vamos a remontarnos a uno de los tantos territorios que disputaba Saúl, elegido por el pueblo hebreo y ungido por Di-s.
Entre los filisteos se encontraba Goliat, un soldado que con su altura de 3 metros le hacía sombra a cualquiera que se le acercara. Sólo imaginen lo que tres metros representan hoy en día. ¿Y qué pasaría si midiera tan solo 2 metros y medio? Seguramente el efecto sería similar. En la NBA se suelen encontrar jugadores de hasta 2,30 m ¿pero 3 metros? En fin, continuemos…, el desafío se propuso: un guerrero elegido por cada pueblo, una batalla a muerte. El que quedase en pie reclamaría el día como suyo. Nadie del pueblo de Israel se ofrecía de voluntario, hasta que se escuchó la voz de David, con su altura y peso medio. Este es el momento de comenzar a reflexionar y hacernos preguntas.
¿Un hombre como Goliat realmente tenía ventaja sobre su enemigo David? El cuerpo de Goliat estaba cubierto por una gran armadura, su gran espada era proporcional a su altura. Su agresividad, destreza con sus armas por experiencia en el campo de batalla eran incomparables y temidos por todos.
Y en la otra esquina David, un simple adolescente, sin armadura y vistiendo ropas de pastor, porque eso es lo que en realidad era, simplemente un pastor cuidando a su rebaño. Su habilidad con la honda era real y tenía la experiencia de alejar a los lobos y defender a su rebaño con su gran puntería y agilidad. “Evidentemente las apuestas están a favor de Goliat”.
La batalla inició. David buscó su piedra con una forma especial, aquella que él solía utilizar en sus batallas contra los depredadores. Apuntó a la cabeza de Goliat, realizó el lanzamiento y Goliat cayó. David tomó la espada del gigante y cortó su cabeza. Inmediatamente los soldados israelíes corrieron con gran fanatismo y con el sustento de Di-s hacia el otro extremo donde los sorprendidos filisteos yacían desconcertados. Así es cómo el nombre de David comenzó a viajar por todo Israel.
Ahora bien, respecto a nuestro análisis, regresemos un poco a la descripción de Goliat y David.
Más allá del tamaño y fuerza de Goliat, la armadura que llevaba puesta le sacó rapidez y agilidad en los movimientos de sus articulaciones. ¿El peso de su armadura era realmente una protección corporal o una disminución de sus cualidades asesinas en batalla?
Con relación a sus medidas físicas, no cualquier ser humano alcanza dicha estatura. Aparentemente, podríamos sugerir que Goliat sufría de Gigantismo. Y todo aquel que conoce sus consecuencias comprendería o sabría que el gigantismo tiene muchas probabilidades de perjudicar el desarrollo cerebral del ser humano. Es así que el poder de pensamiento, su raciocinio se ve alterado y disminuido. Si definimos entonces que habría alguna posibilidad de que Goliat a nivel intelectual estaba por debajo de la media y que quizá sólo obedecía órdenes de sus superiores, como un niño lo haría con sus padres, ¿es justo afirmar que Goliat era un ser cruel y que sus actos dependían solo de él?
Por el otro lado, David gozaba de juventud, experto con el dominio de la honda, gran inteligencia y por qué no una viveza criolla envidiable. Y lo más importante… Di-s estaba en su espíritu. David fue su elegido.
En conclusión: ¿el enfrentamiento entre David y Goliat fue justo a niveles físicos? ¿Es David quien siempre estuvo en desventaja? ¿Es Goliat el malo de la película o sólo fue un rehén de su propia cultura, contexto y tiempo? ¿Goliat merece tener tal rechazo social?
El antiguo testamento debería evacuar nuestras dudas al respecto. En este sentido, más allá de los interrogantes propuestos, los textos bíblicos son quien tiene la última palabra: Goliat fue simplemente un asesino.
¿El pobre Goliat?
Como ustedes saben, aproximadamente hace poco más de tres milenios, el pueblo de Israel cayó en desgracia. Lamentablemente las personas muchas veces no pueden valorar realmente lo que significa la libertad. Y cuando hablo de libertad no me refiero únicamente a la posibilidad de poder desarrollarse, movilizarnos o el decir lo que uno quiere, me refiero principalmente a la posibilidad de creer, la fe en el Di-os que nos ha creado, el que nos ha dado la vida.
El pueblo de Israel, habiendo caído en desgracia, ha sabido valorar este concepto después de 210 años de esclavitud. Pero no todas las tribus de Israel sintieron la amargura durante tanto tiempo. De las 12 tribus sólo una no cayó en la esclavitud. La tribu de Leví, conocidos como los levitas. Y Justamente de esa tribu proviene Aarón, quien fue el sumo sacerdote del pueblo de Israel y Moshé (Moisés), el Libertador. Ellos no cayeron en desgracia. Ellos eran los elegidos, los maestros.
Entendamos que cuando decimos que una persona cae en desgracia tienen que conjugarse determinadas cuestiones: la primera es que una autoridad nos niega la libertad y la segunda es que uno también tiene la responsabilidad y el deseo de perder los dones por el cual fuimos creados por el todo poderoso. Por eso, esta enseñanza que nos da el pueblo hebreo respecto a perder nuestras libertades es que no sólo debe haber tiranos como lo fue Paró (el faraón, el monarca de Egipto) la potencia más grande que existía en aquella época. Sino que tiene que haber un pueblo, una comunidad que no defiende sus principios, y justamente es lo que sucedió con el pueblo hebreo. Había perdido su significancia, había perdido el monoteísmo, había perdido la idea de respeto del ser humano al ser humano, y a pesar que los hijos de Israel se habían multiplicado y eran sumamente poderosos y numerosos, caímos en adversidad.
Esto enseña que a veces no es la cantidad sino que es la calidad la que nos va a dar la idea de quién realmente quiere ser libre. Y cuando digo libre lo primero que me viene a la cabeza es la palabra Pesaj.
La palabra Pesaj tiene varios significados. Uno de ellos es “saltear”, entendiéndose este concepto donde el ángel de la muerte “Samael” salteó las casas de los iehudim (hebreos) a fin de que mueran todos los primogénitos de los egipcios y también de los animales). “Y habré de atravesar (saltear) las casas de mis hijos y no los castigaré”.
Por otro lado, una persona que está esclavizada no tiene deseos de hablar, está sometida, moralmente se siente destruida, no tiene ganas de vivir. Sin embargo la palabra Pesaj es una palabra de aliento, de diálogo, que permite uno al otro darse fuerza. Es así cómo el todo poderoso llama la atención a los hijos de Israel y les dice que les enviará un libertador. Pero como el pueblo no rogó, no alzó sus ojos al cielo y pidió al todo poderoso que los libere, Di-s dijo que todavía no era oportuno que mis hijos salgan de la tierra de Egipto.
Es aquí donde nace el significado más importante de Pesaj: cuando el pueblo de Israel retorna al diálogo y le ruegan al altísimo: - Danos libertad Señor, déjanos volver a ser el pueblo preferido.
En estas fiestas el pueblo de Israel quiere enseñar que nadie es dueño del otro. Que nadie puede poner en la boca del otro las palabras que uno quiere sentir y transmitir. Lo que tiene que permitir es que cada uno desarrolle su intelecto y su fe.
Queridos hermanos, tenemos que pensar más en las cosas que nos van a aunar. Les deseo que tengamos una fiesta de Pesaj en paz, integradora y por sobre todo de respeto entre las fes. Shalom (Paz).
Por Abraham Ofman.
De la esclavitud a la liberación.

Todos los años fetejamos Pesaj. Este evento es conocido como la liberación del pueblo Hebreo de la tierra de Mizraim, Egipto. Pero en Pesaj no sólo recordamos el largo camino hacia la libertad que nuestros antepasados tuvieron que afrontar hace más de 3000 mil años. En Pesaj no recordamos el pasado, por el contrario vive en el presente de cada uno de nosotros. Egipto, El Faraón y Moisés, todos ellos están aquí:

Egipto es aquel que no nos permite crecer, aquel que encierra nuestras elecciones, esconde nuestros anhelos y nuestra sed de trascender bajo un manto de desesperanza.
El Faraón es la voz negativa y burlona que aparece en cuanto te propones despertar y actuar en pos de un cambio en tu vida. Es quien te grita en forma repetida y sin pausa: No seas crédulo, ¿cómo piensas ser algo que nunca fuiste?
Moisés es tu fuerza infinita, tan poderosa que permite liberarte de cualquier cadena y así unirte y consagrarte con lo más importante, Di-s todopoderoso.
La libertad y la tierra prometida están más cerca de lo que imaginamos. Sólo debemos romper con lo que fuimos el día anterior. Desafía a tu Faraón, conéctacte con el Eterno y no hagamos sólo una cena familiar de Pesaj, ¡vivámosla y sintamos la libertad cada día!
Reflexiones Bíblicas
Desde siempre el pueblo hebreo ha reflexionado sobre la Torá, Pentatéuco, como se lo conoce comúnmente. Y dentro de esas reflexiones siempre existieron preguntas y posibles respuestas que hacían pensar al pueblo de Israel sobre otras alternativas en sus interpretaciones. Es por ello que deseamos compartir aquellas reflexiones que quedaron en el tiempo.
Es muy importante que entiendas que de ninguna manera ponemos en duda los relatos presentes en la biblia. Sólo son reflexiones milenarias o actuales que muchos Estudiantes judíos, Euditos, o Rabinos se han preguntado durante milenios. Y todas estas cuestiones nos permiten acercarnos a un entendimiento más fiel con las sagradas escrituras, porque de cada reflexión nace un mayor compromiso con nuestro creador.